viernes, 12 de junio de 2009

Carta a la realidad

Miro el Sol y brilla, lo siento y me aviva. El cielo se hace mermelada, me hundo en él
como una hormiga que busca el hormiguero y que no llega. Ya estaba aburrido, era hora de
levantarse. Las pupilas reflejan
círculos cromáticos interminables; cruzan campos irreproducibles por palabras, pero ahí están se muestran empíricos, frente a algo que los atormenta y los hace teoría. Es imposible, créanme, no la pueden racionalizar. Es más que eso y lo hace sentir. Caen derrotados, y se adentran en los misterios que esconden sus jardines colgantes, que parecen mostrar un inframundo, pero el inframundo poco a poco se va haciendo realidad. Entonces los nervios devoran, ¿cómo puede ser?, no es posible...

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