La dedicatoria

Pido perdón a los niños por haber dedicado este libro a una persona mayor. Tengo una seria excusa: esta persona mayor es el mejor amigo que tengo en el mundo. Pero tengo otra excusa: esta persona mayor es capaz de comprenderlo todo, incluso los libros para niños.

Tengo una tercera excusa todavía: esta persona mayor vive en Francia, donde pasa hambre y frío. Tiene, por consiguiente, una gran necesidad de ser consolada. Si no fueran suficientes todas esas razones, quiero entonces dedicar este libro al niño que fue hace tiempo esta persona mayor. Todas las personas mayores antes han sido niños. (Pero pocas de ellas lo recuerdan).

Corrijo, por consiguiente, mi dedicatoria:

A LEÓN WERTH cuando era niño

Es la dedicatoria de Antoine Saint Exupéry, el escritor del principito. Un maestro el tipo. Nos deja bastante. ¿Quién no quiere vivir eternamente con la inocencia de un chico? Soñamos con recuperarla. La añoramos. A veces tenemos destellos de ella, pero la perdemos al instante, somos demasiado reales para un mundo tan fantástico y utópico. No servimos para semejante tarea, soñar hasta más allá de los límites. ¿Qué hacemos con estos sueños?, los destruimos como el otoño al follaje, y el resultado es parecido al del otoño, nada más que el invierno es eterno...

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